Que hay que reciclar para no seguir dañando el medio ambiente y que cada gesto de reciclaje cuenta es algo de sobra conocido. Habrá gente que recicle más que otra, no obstante es la realidad en la que vivimos. Según un estudio de reciclaje realizado por Kantar para Ecoembes, cuatro de cada cinco hogares españoles tiene una zona de reciclaje de residuos en su vivienda.
No obstante nunca está de más aclarar algunos puntos que pueden resultar un poco confusos.
Lavar los envases antes de tirarlos
Esto produce un gasto de agua innecesario. En las plantas de reciclado a donde van a parar ya se encargan de limpiarlos y hacerlos pasar por una serie de procesos para que puedan ser convertidos en nuevas materias primas que se puedan reutilizar.
Lo que sí hay que hacer es asegurarse de que no queda nada en el interior. Si hay alimentos, bien porque no se han visto en un principio o bien porque ha caducado, primero hay que tirarlos a la basura de residuos. Después se podrán tirar al contenedor amarillo. Como hemos dicho, cada gesto cuenta. Por lo que no hay que olvidar tirar las pequeñas cosas como pueden ser los envoltorios de los caramelos por ejemplo, esos también hay que reciclarlos y también van al contenedor amarillo.
El contenedor amarillo
Sería el equivalente al cajón de sastre, ese lugar en el que va «todo lo de plástico». Un error que comete una alto porcentaje de la población. Según el estudio de Kantar, más del 50% de las personas encuestadas creían que los juguetes de plástico iban al contenedor amarillo. Simplemente por el hecho de estar compuesto de ese material. Si bien es cierto que muchas de las cosas de plástico van al contenedor amarillo, no todo vale.
Algunos ejemplos de cosas que sí van al contenedor amarillo son: envases de plástico, briks, latas, aerosoles como por ejemplo el desodorante, envases del yogur o las bandejas de corcho blando de la carne.
Algunos ejemplos de cosas que no van al contenedor amarillo son: todos aquellos productos de plástico que no son envases. Esos hay que llevarlos a un punto limpio.
No doblar las cajas de cartón
Es bien sencillo, si las cajas de cartón se doblan o rompen, ocuparán menos espacio. Y entonces habrá espacio para poner más cartón en el contenedor azul. Si no se dobla, el contenedor se llenará más rápidamente. Lo que provocará que los viajes para llevarlos a las instalaciones serán más frecuentes y además el contenedor estará lleno principalmente de aire. Lo que acaba generando más gastos innecesarios que otra cosa.
No pasa nada por no reciclar
Aunque la concienciación por el reciclaje ha aumentado con el paso del tiempo, todavía hay gente que cree que no pasa nada. Y no es así, el reciclaje de residuos es la suma de esas pequeñas acciones individuales.
2022 fue el año estrella ya que la suma de esas pequeñas acciones que pueden no parecer importantes consiguieron una serie de logros en ahorro.
- Se ahorraron el consumo de 21,46 millones de m3 de agua.
- Se reciclaron más de 1,6 millones de toneladas de envases plásticos.
- Se ahorraron 6,72 millones de MWh de energía.
- Se evitó la emisión de 1,69 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
No pasar del reciclaje
Como sabéis, en España Recicla queremos concienciar a la población sobre las 3R. Por lo que también sabréis que el reciclaje es el tercer y último paso a realizar. Primero están la reducción, intentar consumir menos cantidad para así tener menos que reciclar en el futuro. Y la reutilización, darle una segunda vida a un objeto antes de deshacernos de él.
Cada gesto cuenta. Por lo tanto, si en algún momento creéis que «no pasa nada por no reciclar esto» pensad que en el fondo sí pasa. Además, es algo a tener en cuenta de cara a la temporada navideña en la que estamos inmersos. El consumo aumenta, y los hogares se llegan de regalos, papel, plástico, cartones etc. ¿Qué mejor regalo de navidad, que estos pequeños gestos, podemos hacerle al planeta?
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