Nota de Prensa. Residuos Profesional. 29/01/16

Esta semana ha abierto sus puertas en el popular barrio londinense de Notting Hill el primer restaurante cero residuos de la capital británica, según proclaman sus propios impulsores, el chef Justin Horne y el empresario del sector de la restauración Jonathan Krauss.

Este restaurante usará los excedentes de alimentos donados por comercios y distribuidores locales para crear un menú diario variable y sabroso de platos vegetarianos.

El local está diseñado para inspirar a los clientes a reducir su huella de carbono comiendo productos vegetarianos y de temporada.

Según explica el chef Horne, Tiny Leaf tiene la intención de “cambiar la percepción de la gente de lo que es un residuo”, con el objetivo de “reducir la cantidad de residuos que generamos”. Y para acerlo, explica, “la cocina vegetariana es un gran medio. No hay razón por la que no puedas preparar algo increíble solo con vegetales”.

Por supuesto, los clientes tienen pueden llevarse las sobras de su comida en “biocajas” gratuitas, fabricadas a partir de polímeros vegetales biodegradables.

El Tiny Leaf, además, está detrás de diversas causas benéficas. Así, por ejemplo, donará 20 peniques por cada botella de agua alcalina vendida a la organización Whole World Water, que trabaja para hacer llegar a todo el mundo agua limpia y segura para el consumo humano.

También ofrece a sus clientes la posibilidad de hacer una donación voluntaria de una libra que irá destinada a ayudas para la alimentación de los refugiados o a la Soil Association, organización ambiental que trabaja en favor de la agricultura orgánica y sostenible en Reino Unido.

La dieta mediterránea genera menor impacto ambiental que la anglosajona.

La dieta mediterránea genera menor impacto ambiental que la anglosajona.

Según estimaciones del Programa de Acción de Residuos y Recursos (WRAP, por sus siglas en inglés), la factura del desperdicio alimentario de la industria hotelera y de restauración británica podría alcanzar los 3.000 millones de libras (casi 4.000 millones de euros) en 2016.

El Gobierno del Reino Unido calcula que casi dos terceras partes de los alimentos que se desechan por este sector podrían aprovecharse.