Econoticias. 21/IV/2016.
Investigadores de la Universidad de Sevilla han dado un paso más en el desarrollo de , presente en el Guadalquivir. Gracias al PCL, un polímero sintético biodegradable, han logrado mejorar las propiedades mecánicas de estos bioplásticos igualando, e incluso en ocasiones superando, las prestaciones que ofrecen los plásticos convencionales del mercado. Según ha informado la Universidad en un comunicado, los materiales biodegradables obtenidos por estos expertos a partir del excedente de este crustáceo son ya una alternativa real a los plásticos sintéticos como los basados en el polietileno de baja densidad.
Cangrejo rojo, ¿el futuro de los bioplásticos?, o el presente.

Cangrejo rojo, ¿el futuro de los bioplásticos?, o el presente.

«Además hemos observado que la L-cisteína es un aminoácido puede ejercer de agente entrecruzante, desempeñando un papel crucial en la formación de nuevos enlaces a partir de la proteína del cangrejo rojo», ha explicado el investigador de la Universidad de Sevilla Manuel Félix Ángel. España es el tercer productor mundial de cangrejo rojo americano después de EEUU y China, lo que confiere aún más relevancia a estos estudios. «Nuestro objetivo es desarrollar un producto con mayor valor añadido que la harina del cangrejo que se comercializa en la actualidad, para ello hemos desarrollado emulsiones tipo mayonesa, geles alimentarios y bioplásticos», añade uno de los investigadores de este estudio. La carne del cangrejo rojo americano que vive en las marismas del Guadalquivir no se comercializa –aún teniendo un excelente perfil aminoacídico– como producto alimenticio en España sino que se transforma en un subproducto en forma de harina donde la proteína ha sido desnaturalizada y ha perdido mucha capacidad funcional. «Aunque se exporta una gran cantidad de este crustáceo a los países nórdicos, las fábricas procesadoras de crustáceos generan un importante volumen de residuos que no suelen emplearse con fines alimentarios y que nosotros aprovechamos», ha añadido. El procesado se hace en tres etapas fundamentalmente. En primer lugar se rompen los enlaces naturales de la proteína, a continuación se reorganizan las cadenas de polímero para que haya nuevas interacciones y por último se forman nuevos enlaces mediante moldeo por inyección a pequeña escala en los laboratorios de la Facultad de Química.
"Residuo" del cangrejo rojo.

«Residuo» del cangrejo rojo.

Estos resultados se enmarcan dentro del proyecto de excelencia titulado ‘Valorización de subproductos y residuos de la industria del cangrejo rojo en base a su contenido proteico’, financiado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía y han sido publicados en la revista Journal of the Science of Food and Agriculture y Composites Part B Engineering.