EP.7/XI/12

El Ayuntamiento de Huelva, desde la Concejalía de Infraestructuras y Servicios Municipales, recicla al año alrededor de 10.000 lámparas, bombillas y fluorescentes provenientes de las luminarias de la vía pública, los edificios municipales, los colegios o sedes vecinales.

Para ello, según ha informado el Consistorio en una nota, el Ayuntamiento de Huelva cuenta con contratos y convenios de colaboración con la empresa Imesapi, encargada de mantener el alumbrado público y Ambilamp, empresa dedicada al tratamiento de estos residuos. Así mismo, también se reciclan las luminarias rotas, que gestiona Ecolum.

LámparasEl área municipal de Infraestructuras tiene en marcha un sistema de recogida selectiva de las lámparas que se generan en instalaciones del Ayuntamiento de Huelva, para reciclarlas, apostando por un sistema integrado de gestión que las somete a un tratamiento de acuerdo con las exigencias de la normativa.

El objetivo es cumplir con las obligaciones ambientales, mediante mecanismos eficientes de recogida de residuos y al mismo tiempo, dar ejemplo a los ciudadanos, para que depositen este tipo de residuos en puntos limpios, de recogida específica o de venta para reaprovechar sus materiales y evitar su impacto ambiental.

Las bombillas están hechas de vidrio y metales que pueden reciclarse y en el caso de las de bajo consumo, llevan mercurio, que debe recuperarse por ley para evitar su elevado poder contaminante. En concreto, basta la dosis de mercurio de una bombilla para contaminar toda el agua de una piscina, aunque estas bombillas eficientes apuestan cada vez por usar menos cantidad de este material tóxico que sin embargo, sólo es peligroso si se rompe la misma.

Por ello, la utilización de estas bombillas de ahorro, que se pretende sea generalizada en los próximos años hace necesaria una mayor concienciación para reciclarlas y gestionar sus residuos correctamente.

El fin de las bombillas incandescentes está cada vez «más cerca». La Comisión de la Energía Europea quiere que entre 2010 y 2015 la mayoría de los países comunitarios las sustituyan por las de bajo consumo, que gastan menos electricidad, duran mucho más que las convencionales y, por lo tanto, permiten un mayor ahorro económico y un menor impacto medioambiental. En España, la Comisión de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino del Congreso pretende reemplazar las bombillas poco eficientes antes de tres años, de esta manera, los hogares españoles tendrían que sustituir sus bombillas en dicho plazo.

Por Ley, está establecido un grupo de aparatos de alumbrado que no se pueden tirar a la basura, sino que deben ser recogidos de forma selectiva (sin mezclar con otros residuos) y transportados de modo que se facilite su posterior tratamiento. En concreto, son las luminarias para lámparas fluorescentes (con exclusión de las luminarias de hogares particulares), lámparas fluorescentes rectas, lámparas fluorescentes compactas, lámparas de descarga de alta intensidad y de sodio de baja presión y otros aparatos de alumbrado utilizados para difundir o controlar luz con exclusión de las bombillas de filamentos. En este apartado entran por tanto las denominadas bombillas de bajo consumo y las fluorescentes.

La propia Ley indica que los ciudadanos pueden entregar sin coste alguno este tipo de bombillas en los comercios de venta o distribución, en los puntos limpios o en puntos de recogida de las ciudades. Por su parte, los fabricantes deben contar con sistemas de recogida selectiva de las bombillas no destinadas a uso doméstico, mediante acuerdos con las instituciones.

En este sentido y para cualquier información, los ciudadanos pueden acudir al Ayuntamiento, o a las asociaciones de productores de bombillas, como Ecolum, que dispone de un listado de los Centros de Recogida Temporal de Residuos o Ambilamp, que ofrece un teléfono para información y recogidas (900 102 749) y que cuenta con puntos de recogida y contenedores en la ciudad.